EDICIÓN 2421 EL DEDO EN LA LLAGA, EL VÍA CRUCIS DE “LA JAROCHA”.

EDICIÓN 2421 EL DEDO EN LA LLAGA, EL VÍA CRUCIS DE “LA JAROCHA”.

LA ESTATUA "LA JAROCHA".

DELICUENCIA ORGANIZADA.

Desde su llegada a la calle Hidalgo, en pleno gobierno municipal “pablochista”, en una zona que fue cerrada a la circulación, la estatua de “La Jarocha” fue recibida con indiferencia por parte de los pocos habitantes de este Pobre Pueblo Petrolero, que todavía presumían algo de las raíces veracruzanas.

A pocos meses de su arribo, a “La Jarocha de Piedra” le tocó sufrir el robo de su abanico tradicional, y a la vez padecer también por la desaparición de su mano izquierda. Tiempo después de aquel misterioso ataque, a “La Jarocha Tunca” se le comenzó a caer la cara, debido -quizás- a la vergüenza de ver que nadie se preocupaba por devolverle todo lo que había perdido.

Posteriormente, en la administración de “RaMoCa”, a la estatua de la jarocha se le desprendió el rostro por completo, teniendo que aguantar el encierro al que fue sometida por parte de las autoridades que mandaron a “encajonarla”, para que el público ya no la viera en su desgracia.

Con tantos problemas parecidos, se podría decir que “La Jarocha Descarada” estuvo a punto de volverse loca, pues la infeliz acabó perdiendo la cabeza, pues se la quitaron con el propósito de hacerle otra.

Tras casi dos meses de “cirugías”, que fueron realizadas por el arquitecto JASSO, creador original de la estatua, reapareció “La Jarocha Zurda” frente al Parque Independencia, exhibiendo la mano y la cara perfectamente restauradas, incluso, presumiendo un abanico nuevo.

El tiempo prosiguió su marcha, y a “La Jarocha Operada”, ya no le quedó de otra que resignarse a permanecer rodeada de escasa muestra de afecto. Pero aquella calma no podía ser duradera, pues con tanta inseguridad que imperó en el gobierno municipal “CHIQUITIBUM”, o sea, la administración “porrista”, la tranquilidad de la jarocha se vio cortada de tajo: En cierta ocasión llegaron hasta la estatua varios individuos, quienes con lujo de fuerza la levantaron y se la llevaron con rumbo desconocido… Y hasta el sol de hoy, no se sabe nada, en absoluto, del paradero de “La Jarocha Secuestrada”, Ni se sabrá, diría don Teofilito.

FE DE “RATAS”

A estas alturas ya no existe lugar para la duda de que los DELICUENTES se encuentran incontrolables, desatados, imparables. Porque ya sea de forma ORGANIZADA o de manera DESORGANIZADA, la delincuencia se halla enfocada hacia cualquier sitio y momento.

Diariamente, a través de los distintos medios de información, nos enteramos de sucesos desagradables, tales como: robos, asaltos, fraudes extorsiones, secuestros, etcétera.

En la actualidad, los delincuentes han adquirido tanta confianza, que ellos mismos se sienten intocables, pues tienen la idea que nada ni nadie los pueden parar. Aunque, en última instancia, a esa creencia, tan sólo es una… fe de ratas.